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"Soy como una especie de traductor para que la gente pueda acceder al mundo interno del artista

Si preguntas a Bartolomé Antonio Cazorla Arévalo a qué se dedica, siéntate y tómatelo con calma. Natural de Pozoblanco (Córdoba), con 26 años, tiene una carrera, tres másteres, es comisario de arte, conferenciante, escritor, profesor y socio de un espacio creador de arte. Pero para llegar a todo esto, remontémonos años atrás.

-¿Siempre supo que iba a estudiar algo relacionado con el arte?

En un principio quise estudiar arquitectura, pero mi profesor de dibujo técnico me echó para atrás. Con el tiempo empecé a escribir, a ganar muchos concursos de literatura, y me dije: ¡ojo! Tuve un gran dilema acerca de cual era la mejor carrera si quieres ser profesor y conferenciante. Entre periodismo, hispánicas y filosofía me decanté por la última porque me parecía la más especial.

-Claro, porque, para ser escritor ¿lo más normal sería haber estudiado Periodismo, no?

Hoy día un periodista es un técnico de la información. Se dedican a hacer notas de prensa y resúmenes de lo que pasa a toda velocidad. Y bueno, si quisiera calidad literaria hubiese hecho hispánicas, pero a mi lo que me interesaba era entender el porqué de las obras. Tras suspender filosofía en selectividad, me matriculé en filosofía. Fueron 5 años maravillosos. Cada curso fui mejorando mis notas, pasé de sacar en primero un 5,7 de media a sacar un 9,7 en quinto.

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-Eso es mucha mejora.

Sí, pero eso el sistema no es capaz de verlo. Me fui a Colombia un año con una beca del Ministerio, y al volver me matriculé en un máster en Producción e Investigación del Arte, que me dejó bastante que desear. Puesto que estos estudios no me hacían sentirme pleno, empecé a trabajar en el Centro de Cultura Contemporánea de la universidad, dónde pude trabajar montando, cuidando, gestionando exposiciones…y conociendo a artistas y comisarios de toda España. Fue una gran experiencia. La última exposición que monté fue la que se puede ver aún en el Palacio de la Madraza de Pilar Albarracín.

-¿Cuál es su papel en las exposiciones en las que trabaja?

Soy comisario de arte. Esto es, la persona que le da sentido y decide cómo colocar una exposición: que piezas se ven, cuáles no, dónde se colocan… Es cómo construir un libro. Cada exposición es una novela, cada pared pueden ser unos capítulos, unas páginas…tienes que darle un sentido global para que la experiencia de visitarla tenga un sentido, un fin. Quizás la parte más bonita de todo esto es que eres una figura intermediaria entre la individualidad del artista y el público. Como una especie de traductor para que la gente pueda acceder al mundo interno del artista.

"Cada exposición es una novela, cada pared pueden ser unos capítulos, unas páginas…tienes que darle un sentido global para que la experiencia de visitarla tenga un sentido, un fin"- Bartolomé Cazorla

-Además de ser comisario, ¿qué otras facetas tiene?

También soy investigador contemporáneo, lo cual se puede dividir en dos partes. Una de critica social, dónde me interesa el papel de las emociones y cómo se construyen en su sujeto (quiénes somos cuando utilizamos Facebook, qué sucede con nuestras emociones cuando usamos Tinder, qué tipo de relaciones personales se construyen en Instagram...) Como afecta el formato de estas RRSS a la construcción del yo. Muchas veces hay una impostura, un postureo…que distorsiona lo que es real y lo que no.

Por otro lado, investigo la creatividad y la emoción a partir del pensamiento de Didi-Huberman, con el que tengo la suerte de trabajar.

También intento participar en todos los congresos que puedo como ponente, dónde he conocido a grandes filósofos como Jacques Rancière, Slavoj Žižek, Toni Negri… Imparto seminarios en la universidad de Estética del deseo contemporáneo: First dates, Tinder y la esquizofrenia de emociones, donde comentamos las formas de deseo que hay hoy día imperantes y como afecta eso al arte contemporáneo.

-¿Sigue estudiando?

Sí. Este año me he matriculado en un doble máster de Enseñanza, Educación, Lengua y Literatura y Estudios Latinoamericanos. No me veía como profesor de filosofía, y menos ahora que no es obligatoria y están recortando plazas. Además, tal como me gusta darla, se acerca más a aprender a pensar. Para esto, la lengua puede ser una herramienta que potencia el pensamiento crítico y el emocional, que es lo que me interesa en el fondo.

-¿Qué es lo más gordo en lo que está metido ahora mismo?

Además de preparar mi tesis doctoral, el 11 de octubre inauguré un espacio co-working como socio capitalista en Granada. Se llama Espacio Lavadero, y consta de tres espacios: una sala de exposiciones, una sala de talleres para artistas plásticos y una sala de oficinas que es donde yo trabajo. Esto me sirve para conseguir un branding (una imagen) que me ligue a un espacio de trabajo, a una marca, y poder decir “No, yo no soy un comisario independiente, yo trabajo en Espacio Lavadero”, y que se me relacione con esa idea. La semana que viene daré una conferencia sobre la Estética de la filosofía basándome en capítulos de series como Black Mirror, Steven Universe…) También impartiré clases de literatura creativa y talleres de arte mensuales (cortos de animación, cine) para niños.

-¿Cómo enfoca la promoción del Espacio Lavadero?

El diseño de imagen creo que puede ser un buen ejemplo. Se llama Lavadero porque hemos tenido en cuenta el contexto del barrio, ya que al lado del local se situaba el antiguo lavadero de Granada. A la hora de hacer el diseño hemos utilizado todo lo que puede tener una lavandería. Nuestro escaparate es un tendedero con pinzas donde colgamos los carteles de los eventos, y las tarjetas de visita son unas pastillas de jabón con nuestros datos. La clave del marketing es la diseminación de la imagen: ir acumulando seguidores y así poder llegar al máximo de gente posible. Nosotros utilizamos Facebook, Instagram y Twitter.

"Nuestro escaparate es un tendedero con pinzas donde colgamos los carteles de los eventos, y las tarjetas de visita son unas pastillas de jabón con nuestros datos"- Bartolomé Cazorla

-¿Cuál de estas redes sociales cree que es mejor para promocionar un negocio?

Si hablamos de negocios, Facebook. A parte de ser la red social más utilizada en España, la edad media de sus usuarios es mayor que la de Instagram, que es la siguiente más usada. Chavales de 15 años no van a asistir a nuestras conferencias, pero igual sus padres sí. Por otro lado, si tu público objetivo es gente menor de 25 años, no te lo pienses, Instagram es tu plataforma.

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